Cuando todo se agita, cuando el caos comienza a manifestarse y el miedo lo domina todo, en esa partida los perdedores somos los que nos senitmos más comodos. Los que vivimos solo con sueños y con la caridad que nos da el destino tendemos a tener una gracia natural para movernos sobre el desorden de la locura.
El orden me relaja, es interesante eso en mí, dentro de mi anárquica mente el orden añade un estado de paz, pero el extremo opuesto me divierte. Es como saber que algo está mal pero que tu has nacido para ser el mejor en eso. Los inadapatados somos los mejores en adaptarnos a cualquier condición que la vida nos ponga delante, siempre tenemos ese punto de rebeldía en todos los casos.
Hay una fíel compañera que me acompaña justo detrás de mi rebeldía, mi intuición. Sé que vienen cambios, intuyo que serán como siempre un poquito de cal y otro poco de arena, a veces la mazcla se pasa, pero que demonios. la vida es jodidamente divertida cuando tu sombra te señala y se mofa de tu ingenuidad.¡Que cabrona, pero tiene gracia!
En nuestra cabeza el orden es como un anuncio de colonia. Todo en su sitio, una música genial, nos vemos todos más guapos, más altos, mas elegantes. El caos es esa sensacion de asfixia que nos consume cuando algo escapa a nuestro control. No me preguntéis como coño llegué a controlar lo segundo y a comprender lo primero, por que ni me apetece contarlo, ni creo que nadie supiera entenderlo, pero hay una cosa muy clara, cuando entiendes ambas, todo pasa a tener un filtro diferente.
El orden es parar el tiempo para que la calma dance alrededor de nuestra conciencia, saber oir la música del silencio, de la naturaleza, del universo. El caos dejar que nos golpeé la ola llevandonos hasta la orilla para alzarnos de un salto, hay que estar preparado y agil para hacerlo. No podemos luchar contra ninguna de las dos, solo podemos intentar conocernos en ambas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario