martes, 17 de noviembre de 2020

 


   Uno de mis mayores problemas, que no el único, es la forma en la que lloro, creo que tengo mal puesto ese chip, no lloro cuando todos lo hacen, es como un mar, un mar donde las olas no van a un ritmo continuo, sino que está en calma hasta que de repente llega un tsunami que con un sollozo lo arrasa todo de golpe haciendo que mis piernas flaqueen. 

   A veces lloro cantando, otras de repente un recuerdo o una escena hacen que no pueda evitar que mi vista se nuble y una lágrima rebelde corretee hasta perderse en el blanco de mi barba. La música es muy cabrona en muchas ocasiones follandose mis emociones, haciendo que la emoción aflore junto a una sonrisa burlona, parece como si mi cara se riera de mi frente al espejo, escupiéndome un socarrón "tolai".

   Siempre me he avergonzado de esto, muchísimas veces el agua de la ducha tapaba con dulce complicidad ese ridículo momento, y es que, no estoy hecho para demostrar mis emociones. Es curioso ese detalle, pues soy músico y me nutro de ellas, creo que básicamente por eso decidí elegir esta procesión por el desierto, es una excusa para sentir, una obscena excusa.

   Lo de escribir es otra opción, escupo mis paridas, sabiendo que cualquiera puede leerlas y burlarse, diría que no me importa, pero mentiría, todos nos mentimos en ese aspecto, de hecho es ridículo el intentar convencernos a nosotros mismos que nos da igual lo que la gente piense, si me diese igual vestiría con ropa interior de Victoria Secrets y unas alitas de angel. Pero no es así, así que de momento tendréis que esperar a que en 7etimo cualquier día nos de por cambiar de vestuario.

   Otra cosa es que me mee en las opiniones, que lo hago, y mucho, pero como no suelo expresarlo pues todos nos quedamos bien en nuestra imagen de influencer instagramer, o tiktoker, tocate la polla, tiktoker. Mientras el señor Robert Plant canturrea con esa afilada voz en los altavoces que tengo frente a mi me vuelve a saludar la realidad, que si covid, que si familiares delicados de salud, que si la economía, que si fantasmas del pasado revoloteando por mi cabeza, y yo escribiendo sobre mi incapacidad de llorar cuando toca, pues sí, parece que centrar mi cabeza en ese atípico problema hace que las voces callen un poco y dejen su lugar a don Robert.

   Llorar es necesario, siempre me repito esa misma frase, "te hace mas humano Tuti", cagar también y no por ello hago el baile del baby shark cuando termino de limpiarme el culo y tiro de la cadena. Lo que se que no es necesario es regalar motivos para que las lágrimas hagan su aparición, bueno, si son de alegría son bienvenidas y si que habría que hacer el bailecito chorra ese, pero en esos instantes, parece como si me apartarse a contemplar como si del más respetuoso espectador se tratase, si, se que Freud se forraría conmigo, pero como esta muerto que se joda. Suelo tomarme las alegrías con mesura, y lo peor, es que suelo esconder mis tristezas con recelo, pero no os preocupéis, me rio mucho, y puedo cantar, así que eso ya me pone por encima de la media. Por cierto, son tiempos de echar mucho de menos, ¿ahora puedo llorar ya?¿Es el momento adecuado?

miércoles, 12 de febrero de 2020

   A menudo la vida cambia, tiene cambios para bien y otros no tanto, como nos lo tomamos todo nos diferencia a los unos de los otros. El gesto con el que miras al mundo te define, es una forma de vida y todas esas mierdas que te pueden poner en un anuncio con música modernita de coches o de tampones. Pero, la verdad es la siguiente, los cambios que nos atañen suelen estar muy influenciados por la gente que nos rodea y la forma en la que los aceptamos suele venir impuesta por el resto. Tener personalidad es saber mandar a la mierda los movimientos que la chica sexy de culo respingón llamada Vida nos ofrece a golpe de twerking.

   Mandar a la mierda, un ejercicio de salud mental y hasta física a veces. Nuestra familia, nuestros amigos, nuestro trabajo, nuestra salud, acepta, tolera, pero no dejes que esto cambie tu forma de soñar, de ilusionarte, de ver el presente, el pasado y por supuesto, el futuro.

   A menudo escondo mis emociones, cada vez menos, no paro de repetirlo, es curioso como avanzan mis días y mis canas siendo una evolución natural del crío raro y un poco reservado. Hay que tener muy presente quienes te importan y quienes no, eso es algo que cada vez tengo más claro. Normalmente son nuestros defectos los que nos definen, no nuestras virtudes, pues estás, socialmente no están en primer plano. Las pedradas que cada uno tenemos son ese vestido con el que salimos a perrear en nuestro día a día. Esas locuras son nuestros trapitos que lucimos, unos sin miedo, y otros con cierta vergüenza antinatural. Soy un poco exhibicionista, eso está ya muy claro. Lo que hago lo hago por que me apetece cuando me apetece, y normalmente lo que no me apetece no lo hago. No debemos hacer caso a esos compromisos impuestos donde nuestra esencia no es más que un acompañante de lujo muy caro y con poco cunnilingus.

   Transgredamos el protocolo, rompamos las barreras que nos cercenan nuestra libertad, esa pequeña libertad, falsa, limitada y con olor a sexo sucio y decadente, ese "aquí están mis pelotas" acompañado de la picara sonrisa de quien sabe que ese último chupito sobraba o ese último polvo esporádico fue inmaduro e incluso inapropiado. Amen por esos momentos de inmadurez, por esos ratos de libertad con derecho de arrepentimiento reservado.

   Tengo muy claro como no quiero vivir. ¿El resto puede decir lo mismo? Digamoslo joder, siempre hay tiempo de cansarse de ser uno mismo y pasar a ser una persona de bien de esos que van a cumples los fines de semana, que ponen fotos domingueras, y que por la noche se quedan dormidos empalmados esperando a que el destino les haga una mamada inolvidable con beso negro de despedida.

   Nuestros sentimientos y emociones son nuestras, no dejemos que los pervierta una sociedad donde la marca de ropa o el tipo de coche nos hace tener más éxito o menos que el resto. Esta mierda solo es un cumulo de momentos, hagamos que sean auténticos, exprimámoslos, no dependamos de nada ni de nadie, cada minuto cuenta, seamos lo que somos, pero con estilo, con sonrisas, con bailes, con locura.

jueves, 16 de enero de 2020

   Soledad, maravillosa, la verdad es que la amo, teniendo en cuenta el nivel que contemplo alrededor. A veces creo que soy demasiado agradable, viendo como me tratan, por eso amo tanto la soledad. No es que se porten conmigo peor que con los demás, no, no quiero decir eso, no me gusta eso de ir de victima en plan el mundo no me entiende mientras me la meneo con la autocomplacencia del que da pena y nunca hace nada malo, por que los malos son los demás que son muy malos, muy malos, muy malos, y me hacen bulling y  me dan collejas, gracías Calimero, reviéntales la espalda con una silla, y ya verás como no te hacen bulling, atontao.

   Somos imbéciles, a veces a un nivel superlativo, no voy a entrar en nada político, por que si no, me va a costar alguna que otra amistad, pero si quiero deciros queridos niños, que si me gusta la soledad es precisamente por no tener que malgastar mi tiempo en intentar explicar a alguien que hace el tolai o evitar que me explote la vena del cuello escuchando barbaridades, por lo tanto, opto por la soledad reparadora.

   El problema es que te haces antisocial, ya no tienes que cortarte las uñas de los pies, puedes empezar a escalar por las paredes. No tienes por que cambiarte la ropa interior, así que desarrollas tolerancia a lo marrón. Las voces de tu cabeza empiezan a hacerse mas fuertes y claras, la masturbación pasa de ser un acto placentero a un baño decadente en el fango de la paja por la paja. Ya no bajas a comprar el pan por lo que te vas alimentando de cosas que brotan de las esquinas del techo. Te empieza a molestar la luz, el vecino cotilla de enfrente se asusta cuando te asomas por la cortina como haría un antílope frente a un león. Pero todo se hace más agradable cuando el reflejo del espejo te sonrie de manera sórdida y un escalofrío te recorre por la espalda cuando sus movimientos no se corresponden con los tuyos.

   ¿Maravilloso verdad? Supongo que algunos pensarán que mi vida es así, a lo mejor otros piensan que estoy todo el día borracho, o que simplemente soy un aburrido hombre con nada que ofrecer al mundo más que su ego y su "pelaso". No voy a aclarar cual es la realidad de todo esto, pues me divierte escuchar algunas de las historias que llegan a mis oidos sobre mi. Soy bajo, vivo con mis padres, tengo 4 novias, 3 hijos, uno de ellos chino, llevo peluca, lo de que canto es mentira, es playback, digo que soy motero pero es mentira, soy un desesperado y un guarro, trato mal a la gente, sobre todo a los compañeros de grupo, me han echado de todos los trabajos en los que he estado, maltrato a mis novias, desayuno fetos, soy gay o bisexual, yo maté a Elvis, soy un reptiliano, y todas, absolutamente todas, incluidos y sobretodo los orcos, sois objetivos de mi absoluto acoso.

   A todos/as los que hacéis posibles estos momentos, muchas gracias, de corazón. Amo la soledad, pero también os quiero con todos esos defectos, entiendo que la vida no es fácil para nadie y que soy un gran tema de conversación. Espero os hayan divertido mis paridas.