jueves, 21 de diciembre de 2023

 -Hola, ¿Qué te pasa?

-Ah, hola, no me pasa nada ¿Nos conocemos?

-Si, nos vimos fugazmente hace tiempo.

-Es verdad, me sonaba tu cara. Eres...

-Una musa, antaño paseaba con las demás, pero nunca coincidimos.

-Si, ya decía yo, que era raro que alguien viniese por aquí.

-Sí, venía paseando hasta que me di cuenta de que estabas serio y pensativo, un poco triste.

-No es tristeza musa, es desencanto, me apagué.

-Vaya, yo tampoco encuentro muchos soñadores ultitmamente tampoco. Se está quedando vacío este pueblo, ya todos marchan a la razón, donde todo es más sencillo.

-Sí, la locura crece ya a su merced en este rinconcito, pronto todo esto será tan frondoso que no se podrá ni pasear de forma segura. Tiene gracia.

-¿Que te parece gracioso?

-Un loco desencantado y una musa sin inspiración que moldear.

-Los locos suelen estar desencantados y las musas no solemos hacer nada más allá que sacar conversación, no creamos nada, solo conversamos con vosotros.

-Si, yo suelo estarlo, pero ya no hablo con vosotras, me quedé en silencio.

-Loco desencantado, no debes hablar, solo canta, tu no naciste para hablar, hablas mas que cantas, tu debes cantar, pues cuando cantas se llenan tus vacíos. En un mundo donde las palabras dichas ya no tienen peso, la danza de una melodía puede hacer más que cualquier charlatanería barata que puedas inventar.

-Musa, pero, ¿y si me olvidé de sentir?

-Ay, loco, calla y canta, siente y escribe, no puedes haber olvidado sentir si estas aquí hablando conmigo, nunca fuiste el más espabilado, y los años no afilan esa navaja.

-ja ja ja ja, como siemprelas musas terminan riéndose de mi.

-Contigo.

-No os habéis reído conmigo en vuestra puta vida.

-Hemos hecho muchas cosas contigo y no te has dado cuenta, nosotras no estamos aquí para juzgar, nosotras solo paseamos, danzamos y alimentamos vuestros delirios. Y quizás zorreamos un poco, ja ja ja, pero solo un poco

-Musa, sois muy putas, adorables, encantadoras, seductoras, pero muy putas. Lo mismo aparecéis para despertar nuestro anhelo, nuestro deseo, hasta hacernos suspirar, que desaparecéis sin decir adios.

-Cada vez que uno de vosotros suspira, una musa se corre, ¿No lo sabías?

-He dado con una musa de las explícitas.

-Has dado con la mejor.

-Ja ja ja, y la más humilde.

-Las musas tampoco tenemos que ser humildes. Tenemos que hacer que tiemble vuestro mundo, que gritéis de emoción, que los ojos se bañen, que las palabras sean escalones que os lleven hasta el éxtasis, hasta el cielo donde bailéis un tango con vuestra razón. Somos nosotras la chispa que prende vuestro fuego consumiendo todo aquellos bosques que os impiden avanzar. Las dudas arden muy bien, por que son plásticos de esos que contaminan el mar. Odio los plásticos, casi tanto cono vuestro silencio. Por cada vez que os guardáis una canción, un verso, el esbozo de un dibujo, el gesto de un bailarín, una de nosotras se queda presa en esa habitación que tanto odiamos, oscura, hermética, demencial, llamada nada.

-Aha

-Solo eso me vas a decir.

-Me dijiste que no hablase tanto, que cantase.

-Mira que puesta de sol tan hermosa loco.

-Si que lo es, hay momentos que deberíamos dejar guardados bajo nuestra piel.

Vaya, ya me he quedado hablando solo, las musas siempre hacen lo mismo, van y vienen a su antojo. Lo dicho, muy putas.



martes, 17 de noviembre de 2020

 


   Uno de mis mayores problemas, que no el único, es la forma en la que lloro, creo que tengo mal puesto ese chip, no lloro cuando todos lo hacen, es como un mar, un mar donde las olas no van a un ritmo continuo, sino que está en calma hasta que de repente llega un tsunami que con un sollozo lo arrasa todo de golpe haciendo que mis piernas flaqueen. 

   A veces lloro cantando, otras de repente un recuerdo o una escena hacen que no pueda evitar que mi vista se nuble y una lágrima rebelde corretee hasta perderse en el blanco de mi barba. La música es muy cabrona en muchas ocasiones follandose mis emociones, haciendo que la emoción aflore junto a una sonrisa burlona, parece como si mi cara se riera de mi frente al espejo, escupiéndome un socarrón "tolai".

   Siempre me he avergonzado de esto, muchísimas veces el agua de la ducha tapaba con dulce complicidad ese ridículo momento, y es que, no estoy hecho para demostrar mis emociones. Es curioso ese detalle, pues soy músico y me nutro de ellas, creo que básicamente por eso decidí elegir esta procesión por el desierto, es una excusa para sentir, una obscena excusa.

   Lo de escribir es otra opción, escupo mis paridas, sabiendo que cualquiera puede leerlas y burlarse, diría que no me importa, pero mentiría, todos nos mentimos en ese aspecto, de hecho es ridículo el intentar convencernos a nosotros mismos que nos da igual lo que la gente piense, si me diese igual vestiría con ropa interior de Victoria Secrets y unas alitas de angel. Pero no es así, así que de momento tendréis que esperar a que en 7etimo cualquier día nos de por cambiar de vestuario.

   Otra cosa es que me mee en las opiniones, que lo hago, y mucho, pero como no suelo expresarlo pues todos nos quedamos bien en nuestra imagen de influencer instagramer, o tiktoker, tocate la polla, tiktoker. Mientras el señor Robert Plant canturrea con esa afilada voz en los altavoces que tengo frente a mi me vuelve a saludar la realidad, que si covid, que si familiares delicados de salud, que si la economía, que si fantasmas del pasado revoloteando por mi cabeza, y yo escribiendo sobre mi incapacidad de llorar cuando toca, pues sí, parece que centrar mi cabeza en ese atípico problema hace que las voces callen un poco y dejen su lugar a don Robert.

   Llorar es necesario, siempre me repito esa misma frase, "te hace mas humano Tuti", cagar también y no por ello hago el baile del baby shark cuando termino de limpiarme el culo y tiro de la cadena. Lo que se que no es necesario es regalar motivos para que las lágrimas hagan su aparición, bueno, si son de alegría son bienvenidas y si que habría que hacer el bailecito chorra ese, pero en esos instantes, parece como si me apartarse a contemplar como si del más respetuoso espectador se tratase, si, se que Freud se forraría conmigo, pero como esta muerto que se joda. Suelo tomarme las alegrías con mesura, y lo peor, es que suelo esconder mis tristezas con recelo, pero no os preocupéis, me rio mucho, y puedo cantar, así que eso ya me pone por encima de la media. Por cierto, son tiempos de echar mucho de menos, ¿ahora puedo llorar ya?¿Es el momento adecuado?

miércoles, 12 de febrero de 2020

   A menudo la vida cambia, tiene cambios para bien y otros no tanto, como nos lo tomamos todo nos diferencia a los unos de los otros. El gesto con el que miras al mundo te define, es una forma de vida y todas esas mierdas que te pueden poner en un anuncio con música modernita de coches o de tampones. Pero, la verdad es la siguiente, los cambios que nos atañen suelen estar muy influenciados por la gente que nos rodea y la forma en la que los aceptamos suele venir impuesta por el resto. Tener personalidad es saber mandar a la mierda los movimientos que la chica sexy de culo respingón llamada Vida nos ofrece a golpe de twerking.

   Mandar a la mierda, un ejercicio de salud mental y hasta física a veces. Nuestra familia, nuestros amigos, nuestro trabajo, nuestra salud, acepta, tolera, pero no dejes que esto cambie tu forma de soñar, de ilusionarte, de ver el presente, el pasado y por supuesto, el futuro.

   A menudo escondo mis emociones, cada vez menos, no paro de repetirlo, es curioso como avanzan mis días y mis canas siendo una evolución natural del crío raro y un poco reservado. Hay que tener muy presente quienes te importan y quienes no, eso es algo que cada vez tengo más claro. Normalmente son nuestros defectos los que nos definen, no nuestras virtudes, pues estás, socialmente no están en primer plano. Las pedradas que cada uno tenemos son ese vestido con el que salimos a perrear en nuestro día a día. Esas locuras son nuestros trapitos que lucimos, unos sin miedo, y otros con cierta vergüenza antinatural. Soy un poco exhibicionista, eso está ya muy claro. Lo que hago lo hago por que me apetece cuando me apetece, y normalmente lo que no me apetece no lo hago. No debemos hacer caso a esos compromisos impuestos donde nuestra esencia no es más que un acompañante de lujo muy caro y con poco cunnilingus.

   Transgredamos el protocolo, rompamos las barreras que nos cercenan nuestra libertad, esa pequeña libertad, falsa, limitada y con olor a sexo sucio y decadente, ese "aquí están mis pelotas" acompañado de la picara sonrisa de quien sabe que ese último chupito sobraba o ese último polvo esporádico fue inmaduro e incluso inapropiado. Amen por esos momentos de inmadurez, por esos ratos de libertad con derecho de arrepentimiento reservado.

   Tengo muy claro como no quiero vivir. ¿El resto puede decir lo mismo? Digamoslo joder, siempre hay tiempo de cansarse de ser uno mismo y pasar a ser una persona de bien de esos que van a cumples los fines de semana, que ponen fotos domingueras, y que por la noche se quedan dormidos empalmados esperando a que el destino les haga una mamada inolvidable con beso negro de despedida.

   Nuestros sentimientos y emociones son nuestras, no dejemos que los pervierta una sociedad donde la marca de ropa o el tipo de coche nos hace tener más éxito o menos que el resto. Esta mierda solo es un cumulo de momentos, hagamos que sean auténticos, exprimámoslos, no dependamos de nada ni de nadie, cada minuto cuenta, seamos lo que somos, pero con estilo, con sonrisas, con bailes, con locura.

jueves, 16 de enero de 2020

   Soledad, maravillosa, la verdad es que la amo, teniendo en cuenta el nivel que contemplo alrededor. A veces creo que soy demasiado agradable, viendo como me tratan, por eso amo tanto la soledad. No es que se porten conmigo peor que con los demás, no, no quiero decir eso, no me gusta eso de ir de victima en plan el mundo no me entiende mientras me la meneo con la autocomplacencia del que da pena y nunca hace nada malo, por que los malos son los demás que son muy malos, muy malos, muy malos, y me hacen bulling y  me dan collejas, gracías Calimero, reviéntales la espalda con una silla, y ya verás como no te hacen bulling, atontao.

   Somos imbéciles, a veces a un nivel superlativo, no voy a entrar en nada político, por que si no, me va a costar alguna que otra amistad, pero si quiero deciros queridos niños, que si me gusta la soledad es precisamente por no tener que malgastar mi tiempo en intentar explicar a alguien que hace el tolai o evitar que me explote la vena del cuello escuchando barbaridades, por lo tanto, opto por la soledad reparadora.

   El problema es que te haces antisocial, ya no tienes que cortarte las uñas de los pies, puedes empezar a escalar por las paredes. No tienes por que cambiarte la ropa interior, así que desarrollas tolerancia a lo marrón. Las voces de tu cabeza empiezan a hacerse mas fuertes y claras, la masturbación pasa de ser un acto placentero a un baño decadente en el fango de la paja por la paja. Ya no bajas a comprar el pan por lo que te vas alimentando de cosas que brotan de las esquinas del techo. Te empieza a molestar la luz, el vecino cotilla de enfrente se asusta cuando te asomas por la cortina como haría un antílope frente a un león. Pero todo se hace más agradable cuando el reflejo del espejo te sonrie de manera sórdida y un escalofrío te recorre por la espalda cuando sus movimientos no se corresponden con los tuyos.

   ¿Maravilloso verdad? Supongo que algunos pensarán que mi vida es así, a lo mejor otros piensan que estoy todo el día borracho, o que simplemente soy un aburrido hombre con nada que ofrecer al mundo más que su ego y su "pelaso". No voy a aclarar cual es la realidad de todo esto, pues me divierte escuchar algunas de las historias que llegan a mis oidos sobre mi. Soy bajo, vivo con mis padres, tengo 4 novias, 3 hijos, uno de ellos chino, llevo peluca, lo de que canto es mentira, es playback, digo que soy motero pero es mentira, soy un desesperado y un guarro, trato mal a la gente, sobre todo a los compañeros de grupo, me han echado de todos los trabajos en los que he estado, maltrato a mis novias, desayuno fetos, soy gay o bisexual, yo maté a Elvis, soy un reptiliano, y todas, absolutamente todas, incluidos y sobretodo los orcos, sois objetivos de mi absoluto acoso.

   A todos/as los que hacéis posibles estos momentos, muchas gracias, de corazón. Amo la soledad, pero también os quiero con todos esos defectos, entiendo que la vida no es fácil para nadie y que soy un gran tema de conversación. Espero os hayan divertido mis paridas.

domingo, 18 de agosto de 2019

   Fería, todos a beber y a divertirse, me parece estupendo, meandonos en cualquier rincón e intentando tapar por una semana nuestros problemas debajo del postureo más paupérrimo y mezquino mientras las emociones son sustituidas por los instintos más básicos, contra los cuales nunca vais a encontrar un enemigo en mi. Me parece maravilloso, es como vivir un poco lo que vivimos los músicos pero durante 10 días, de puta madre.

   Pero es ese mes, esos días en los que me invade la nostalgia de ese cateto urbanizado y medio gilipollas que soy, llevándome a aquellos años en los que navegamos entre el niño y el hombre. Soñador escuchando siempre música, siempre llevaba los auriculares enganchados en esas orejazas, me abstraía de todo, de tantas cosas que no llegaba a entender y que a día de hoy entiendo, pero no comparto. Eso que primero te frustra, segundo te hace sentir mal y por último como por evolución natural al entenderlo, te da pena.

   Lo mejor de aquellos veranos, que coño, lo mejor de todos los veranos, son los olores. Los olores y los recuerdos son dos amantes homsexuales habidos de darselo todo, sin pudor, sin nombres, sin amarres. Voy a obviar que estáis pensando en el olor de la feria, la feria no cuenta vale, la mierda de caballo, el sudor y los meados, no son parte de mis recuerdos, porque como podéis comprobar, la fería, la navidad y la semana santa, pa vosotros, de verdad, sin problema.

   Por dónde iba, a sí, tormenta, tierra mojada y el respirar ese frescor mientras fumas uno de tus primeros cigarrillos. Era un torbellino de emociones, las hormonas a tope, el pudor y la timidez de un crío. Reír, bromear, olvidarse del mañana, de lo que nos depara el mañana, ese puto martillo que te golpea como a un hierro candente, el mañana, el mañana, tu futuro. Mi futuro, ¿Y el tuyo? ¿Quién es más tonto, el que dice tonterías o el que las cree? 

   Las largas noches en aquel pequeño pueblo, del que hoy solo ves tristeza, no, allí no había tristeza, allí habia vida, tranquilidad, pero vida, mucha vida. Ahora están todos ahogados por un “no hope” “no future” putos Sex Pistols, que razón tenían.

   La rutina, esa maravillosa rutina del día a día de ocio y tiempo malgastado. Sol, alcohol, tabaco, piscina, pajas, siesta, música, música, música, música. Cantaba, cantaba mucho, no lo hacía bien, pero cantaba y cantaba, necesitaba cantar. Tambíén leía, en aquella época no había tuiter para putear a nadie, ni facebook para ver a los cuatro matados/as/es/os/us. Solo un coco para soñar y fantasear, y de vez en cuando algún comunity manager de esos de antes, que escribían libros con cosas más interesantes que el color de las bragas de Rosalía, o las uñas postizas nuevas de Maluma, ¿o era al reves? 

   Me ponía colorado cuando en aquellos atardeceres alguna de las chicas que paseaban me miraba y sonreía, puto imbécil, no era a ti. A día de hoy ya he aprendido que ni cuando canto encima de un escenario es a mi, a mi no me ven, a mi ni me intuyen. Soy como ese frescor de la tierra mojada que golpeaba mi olfato, algo que llega, te roza y que en segundos ya no está. Esos veranos, joder esos veranos, esos, se merecen una canción.

domingo, 7 de abril de 2019



   Escribir, componer, que más da sólo es un pozo donde volcar emociones que a nadie importa. Cada vez quedan menos estrellas en el cielo, van siendo devoradas por una luz, o quizás es oscuridad, no lo sé, nunca he sido muy listo.

   Nos ponemos el traje de artista intentando pintar un cuadro y al final nos sale un mojón, un garabato de mierda que todos señalan al contemplar. A veces se produce el puto milagro de una mirada en el mismo plano, en la misma dimensión, en la misma existencia. Un decadente gesto ante el tiempo que hace que la pequeña existencia de ese borrón entre la grandiosa marea de genialidad sea un destello ante los ojos de un ser al que debemos la bocanada de aire que nos ha hecho exhalar en forma de suspiro.

   Creo que en cualquier momento nos convertiremos en seres mitológicos, poetas, músicos, escritores, pintores, escultores, todos caeremos en un olvido mientras charlatanes y vendedores de humo son los nuevos genios del siglo XXI. ¿Que deberíamos ser? ¿Funcionarios? ¿Ejecutores sin sentimientos dispuestos a limpiarle el culo a esos que son nuestros amos?

   Ya ni respeto pedimos ¿Para que? Tampoco nos ha hecho falta eso antes, hacemos lo que hacemos por que necesitamos hacerlo. No es un regalo para un Dios que nos contempla desde arriba mientras un querubín le practica una felación. (Llevaba un rato con ganas de escribir esa palabra). Tampoco es un gesto para engrandecer nuestra raza, ya la engrandecen bastante los y las tronistas de algún maravilloso programa de televisión que hay por ahí. Que guapos ellas, que sexys ellas, y yo buscando balas para hacerme un Cobain.

   A lo mejor la culpa es nuestra que vamos con las gafa-pasta puestas en plan incomprendidos, sin sonreír ni relacionarnos con el pueblo llano vaya a ser que se nos pegue algo de su humilde banalidad. Adoro al pueblo llano que ve programas de Telecinco, adoro la banalidad y aunque se me critique a veces de falta de humildad, adoro a la gente realmente humilde.

   Bueno, por hoy voy a dejarlo, que ya bastante estoy retrasando la composición. Un apunte, felación me aparece subrayada en rojo, lo que quiere decir que el blog no lo reconoce en nuestro idioma. Que pocas mamadas les deben hacer a los de Google, con lo guays que deben ser. Por favor, parad un poco vuestro vertiginoso y capitalista ritmo de vida para prestar un poco de atención a las obras de  los artistas pequeñitos que no tienen dinero para aparecer en los anuncios de pago o en las radios y televisiones. Hagamos un pequeño y maravilloso milagro.

martes, 15 de enero de 2019

   Es curioso lo rápidamente que evolucionamos a veces. No somos conscientes hasta que se plantean situaciones que habíamos vivido antes con una reacción totalmente diferente, y es entonces y solo entonces, cuando nos damos cuenta de como cambia nuestra percepción, asimilación y reacción.

   El mundo esta lleno de personas que nos dicen como debemos actuar y de una manera automática al final, terminamos actuando en un porcentaje mas alto de lo que creemos en la forma que nos indican. Cuando tomamos decisiones que a los ojos de muchos de los que nos rodean son reprobables y pasa el tiempo, el tiempo, ese cabronazo que tiene una voz profunda y grave, y no solo vemos que no estábamos equivocados, si no que acertábamos y mucho.

   El mundo es imbécil, los de mi circulo más cercano, cada vez sois menos, cierto es, sabéis que es una frase dogmática en mi día a día. Opinamos con demasiada honestidad cuando no nos lo piden, escondemos verdaderas opiniones cuando tenemos miedo a que la otra persona no reaccione como queremos. Eso, tiene un nombre señorito/a y es manipulación, todos manipulamos en un modo u otro, pero una manipulación egoísta y mezquina habla mucho de nuestras carencias.

   El ser músico a tapado muchas carencias en mí, y evidentemente, ha hecho florecer muchas otras. Una de las mayores carencias que tengo como músico es la necesidad de expresarme. Los blogs donde escribo no son otra cosa que un rincón donde volcar todo eso que golpea mi mente y que necesito escupir. Llevo tiempo ya con ellos, a veces los he llevado mas en secreto, otras los he mostrado más. Siempre comento que no se la gente que me sigue por aquí, pero bueno, os lo agradezco a los que estéis por ahí.

   Tengo un objetivo, un sueño, una misión a seguir. Es muy importante para un ser humano esto, por que nos centra y obliga a tener una disciplina, un motivo para luchar. Somos animales muy sencillos en el fondo, nos creemos complejos, pero cada día que pasa me doy cuenta que somos simples, incompletos, imperfectos y llenos de miedos. Lo único que nos hace especiales es la capacidad de emocionarnos a veces en la misma frecuencia, quizás por eso soy artista. El arte es ese medio en el que las almas brillan en la misma frecuencia.

   Así que el recordar los momentos y  las personas con las que he alcanzado esa intensidad es muy importante para mi. Abrazo cada uno de esos recuerdos como un hombre abrazaría una pequeña llama en la más fría noche de los tiempos. Al final, solo nos quedá eso, recordar cada una de las cosas que han marcado nuestra sonrisa, nuestra mirada, nuestra forma de entender el mundo. Esos momentos con esas personas, esos detalles, la vida.