miércoles, 18 de enero de 2017



   Maravillemos al mundo, encendamos esa llama que hace que todo se paralice para contemplar una sonrisa. Es indescriptible, solo nace e ilumina todo alrededor. Bombea fuerte a cada latido y genera energía positiva. Una pose ante la vida que termina haciéndose un vestido hermoso que debemos llevar con orgullo, que nos hace estar mas guapos que nunca, pero que a su vez también genera cuchicheos y envidias, y gilipollas seríamos si no lo tuviéramos en cuenta.

   Alzar el vuelo es un gesto precioso, y mientras estamos arriba, las miradas son diferentes, unas con admiración y cariño, otras con desprecio y desdén. Curiosamente las buenas vibras suelen venir de gente que apenas te conoce, que te admira por tu esencia, por lo que eres, pues solo tienen referencias de ti mismo, sin ninguna mascara ni filtro que quite arrugas y ponga paquete, que cuente rumores y reste méritos. Suelen venir de criterios propios y no de influencias externas que generen una influencia hacia un lugar u otro.

   Superado ésto, solamente podemos alzar el vuelo conscientes de a donde tenemos que poner nuestro foco, y es el acto más complejo pero a la vez más hermosos. Brillar para hacer brillar homenajeando a todos aquellos "cuerdos" que prefieren vivir en sus habitáculos de cristal donde se come a las 14.00 y se folla los Sábados con la pareja de siempre pensando en el polvo de strangis de los Martes por la noche. Un homenaje a todos aquellos que no creen, pero que se quedan atónitos ante el resplandor de esa sonrisa, que sin explicar cómo, echan en falta el calor de esa llama y no hacen más que culpar al fuego por quemar.

   Hace tiempo que dejé de odiar o tan siquiera enfadarme con cualquier persona. Eso no me convierte en mejor que nadie, no digo que olvide, simplemente actúo en consecuencia, y es algo muy curioso, pues rota la influencia de esa espiral en la que nos envolvemos cuando entramos en conflicto obtienes una visión mucho más clara de todo. Y estamos muy jodidos, en serio, pero hay esperanza.

   Haced felices al resto, y haceros felices a vosotros mismos, hay equilibrios para todo, siempre vamos a tener carencias, y siempre va a haber cosas por mejorar, pero si hay amor y buena energía en lo que hacemos solo nos queda encender nuestra sonrisa y volar. Volad y no miréis abajo a quien os envidia, mirad arriba a quien os anima.

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