miércoles, 24 de julio de 2013


 
   Cada paso que vamos dando en este irregular camino, es un paso hacia algo desconocido, hacia una nueva aventura que cada día acaricia el Sol y cada noche guarda la Luna. Son pasos inseguros, pues siempre nos caemos, son pasos inciertos, pues no siempre vamos en buena dirección, pero en otras ocasiones son pasos ya dados. Dicen que somos los únicos que tropezamos varias veces en la misma piedra, no obstante, cada individuo es un mundo, es distinto y aprende de manera particular a esquivar o no esa obstáculo.
 
   La mejor manera de evolucionar en este camino es aprender de esos tropiezos lo antes posible. Nuestra naturaleza humana, empática, cálida, nos hace caer prácticamente siempre en la misma dificultad. Tenemos un enemigo en nuestra humanidad, las emociones. Éstas, orientadas en algo puro, nacido de nuestro interior nos van a hacer avanzar, pero a su vez, manipuladas erróneamente ya sea por nosotros mismos o por factores o individuos exteriores nos pueden hacer tropezar una y otra y otra vez.
 
   En un mar de enfoques negativos, de hipotéticas olas que nos arrastran a un mañana peor, de corrientes que nos absorben a un abismo profundo, la mejor solución es mantenernos a flote, pues si somos lo suficientemente hábiles para comprender que en cualquier mar hay un principio y un fin en cada ola que besa la arena, el esquivar esas piedras en el camino se nos harán cada vez una tarea mas sencilla.
 
   "Cada vez que labras una sonrisa hay un motivo más por el que nuestro Sol debe acariciar y nuestra Luna guardar."

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