lunes, 12 de mayo de 2014


   Todo los caminos que recorremos están tan llenos de obstáculos como de rincones hermosos. Cuando encontramos muchas dificultades es fácil rendirse y empequeñecerse, pero si logramos superar todas esas dificultades podemos ser capaces de crecer de manera exponencial. Podemos vivir durante muchos años acomodados y de repente darnos cuenta que recorriendo un camino bastante mas complejo nuestro yo desarrolla un carácter que antes veíamos incapaces de alcanzar.

   Ya he escrito en alguna ocasión que la confianza se genera desde el eje mismo de un ser, por lo tanto, cuando creces y te desarrollas es más fácil generarla. La confianza es una energía que va y viene, no la notamos a simple vista, pero nos hace poder seguir el camino con mucha más seguridad. Podemos cambiar la palabra confianza por fe, y darnos cuenta que cuando alguien cree en los pasos que recorremos, se hace más liviano y llevadero nuestro trayecto.

   Pero que ocurre cuando no encontramos esa confianza, esa fe, cuando todo parece estar en contra. A lo largo de la historia ha habido ejemplos de gente que lo tenían en principio todo en contra, personas por las que nadie apostaría, pero que no solo no se han rendido, si no que han demostrado que hasta el mas iluminado puedo equivocarse en un juicio prematuro.

   Hay un punto de inflexión para todo aquel que se enfrenta a un reto, ese momento en el que después de caerte varias veces y revolcarte bien por el fango, sigues en pie. En ese momento los "iluminados" que podemos tener en nuestra contra van a empezar a dudar, agarrarnos a esa duda es lo mas parecido que podemos encontrar a la fe, a la confianza.

   Los valientes que no se rinden y que luchan por una empresa personal hasta el final, por muy difícil que parezca, y son capaces de hacer dudar al mas escéptico de sus críticos, habrán logrado algo que hoy por hoy parece no estar muy valorado, credibilidad. Hacer fe, sembrar confianza, la artesanía de los genios.

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