martes, 28 de octubre de 2014




   Cada momento de nuestra vida es irrepetible, cada gesto que tenemos cuenta, cada palmo de nuestro camino suma. Es increíble como sembramos en uno o en otro sentido dependiendo de nuestras elecciones, pero lo mas maravilloso es el poder de redención de nuestra especie.

   Cometemos errores y siempre quedarán grabados en nuestra conciencia, es imposible obviar lo que nuestro Pepito grillo nos cuenta por las noches. Hay errores pasionales y otros racionales, pero siempre vamos a tener borrones en nuestro historial. De estúpidos sería obviar todo esto negándonos la oportunidad de aprender de la experiencia sea en el sentido que sea.

   Tener una predisposición positiva a la posibilidad de equivocarnos nos hace mucho mas humildes y mas eficientes en nuestro día a día, siempre que se esté dispuesto a pagar el precio de nuestra responsabilidad. Es necesario tener la fuerza suficiente para analizar las situaciones y ver en que medida los errores son propios o externos, y una vez aclarada esta cuestión tomar decisiones lo mas justas, sabiendo la dificultad de esta empresa.

   Intentar encauzar nuestras vidas después de nuestros fallos es algo que nos hará mucho mas sabios y libres. Es un camino complejo pero nutrirá nuestro desarrollo personal. Nunca hay que olvidar que por pocos que sean los resultados, cualquier detallito, por pequeño que sea, suma a nuestro favor. Sembrar y recoger. 

   En ésto no hay ganadores ni perdedores, por que como siempre digo, todo depende de la percepción que se tenga. Esta mierda es corta y hay que vivirla exprimiéndola al máximo. Estamos de paso y vivir es experimentar. Carpe Diem, con coco, pero Carpe Diem.


martes, 21 de octubre de 2014


   Nada es eterno, nada esta libre del paso del tiempo, nada se queda tal cual, ni nosotros, ni la naturaleza, ni tan siquiera un sueño. Todo está en constante cambio incluso la estupidez humana, y por esa estupidez no somo conscientes de que nada se detiene. Pensamos que todo va a estar bajo nuestro control, creemos que podemos ser dueños del tiempo.

   El tiempo es rey en nuestras vidas, nos controla, nos empuja, nos frena, nos condiciona. Es el que hace que todo cambie, que nada se quede intacto. Cuando comencemos a aceptar esa máxima podremos experimentar la vida con mayor plenitud.

   No debemos ser esclavos del tiempo como no lo debemos ser de ninguna de las leyes físicas que nos rodean, Solo debemos tener en cuenta su existencia y adaptarnos, el reloj nunca se detiene y esto tiene sus ventajas.

   Cuando estamos en una crisis (cambio) de algún tipo, solemos pensar que el reloj se va a detener por nosotros, nada más lejos de la realidad, este sigue continua, hasta que ese cambio ha sido efectuado y podemos afrontar el mañana con una experiencia más.

   Cuando hay uno de esos momentos que queremos atrapar para siempre en nuestras vidas, esos instantes que siempre vamos a guardar en nuestra memoria como de felicidad, queremos detener ese reloj, pero tampoco se detiene. Los momentos adquieren mas valor cuanto más fugaces sean. Esto os lo dice alguien que prácticamente respira cuando hay acordes sonando en su voz.

   La vida es empujada por el tiempo, para que luchar en contra, lo bueno es breve y lo malo también acaba. Vivamos mecidos por el tiempo.





domingo, 12 de octubre de 2014


   Desnudarse ante uno mismo es un ejercicio absolutamente necesario para comenzar nuestros retos.Tener retos es saludable emocionalmente, incluso cuando fracasamos en ellos. Nuestros fracasos nos sirven tanto como nuestras victorias. Todo esto son perrogrulladas, pero el ser humano es un animal olvidadizo.

   Personalmente he decidido tener varios retos pequeñitos, alguno menos mas grande a medio plazo y uno o dos a largo plazo de tamaño considerable. Son retos personales donde no voy a poner el foco sobre la labor de mi entorno si no sobre la mía misma. Es necesario contar con más gente, pero voy a ver cuales son mis límites personales, ya que hasta ahora soy consciente de la labor externa, ahora quiero ser consciente de mi labor interna.

   Los retos pequeñitos posiblemente sean los mas importantes que tenemos ante nuestra vida. Pequeñas gotas hacen un gran mar, es increíble lo fácil que se nos olvida todo esto. Centrémonos en el pequeño acto y podremos tener la función entera organizada y ordenada. Un mundo caótico puede ser un lugar lleno de oportunidades para alguien que organiza sus pasos.

   Los problemas, obstáculos, dificultades no son nuestros guías, solo pequeños baches que vamos a ir encontrándonos a lo largo de nuestro camino. No merece la pena focalizar nuestros pasos en otra cosa que no sea nuestra meta, por corta que sea es muy importante. Grabarnos esta idea nos puede hacer evolucionar.

martes, 7 de octubre de 2014


   Constancia, esfuerzo, trabajo, lucha, todo muy admirable, pero si te rindes no queda nada. Cada día que me despierto me hago la misma pregunta ¿Qué estas dispuesto a sacrificar por este sueño? La respuesta es sencilla, todo.

   He tenido muchos acompañantes en este viaje, y cuando digo acompañantes digo todos, familia, amigos, compañeros de batalla, etc... Y hace tiempo que comprendí que no puedo pretender que sientan lo mismo que yo, así que ahora los disfruto hasta el día que ya no los pueda tener. Brindo por los que no están e intento abrazar a los que están.

   Cuando un sueño se hace una manera de vivir comienza a ser todo muy complicado, pero también muy hermoso. Te das cuenta que hay gente que se quiere vestir con tu manera de vivir, pero no pueden, por que en esta indumentaria hay lágrimas, esfuerzo sin recompensa, olor a derrota y alguna que otra hostia.

   El arte del soñador está en cambiar las frustraciones por sonrisas, a veces irónicos riéndonos de nosotros mismos. Otras veces el arte está en contemplar las pequeñas cosas, insignificantes que apenas nos damos cuenta, y en valorar todas las victorias sin olvidar que queda mucho por hacer.

   Otra acción que define la mal pagada labor de soñador es la de viajar, el soñador quiere viajar, quiere vivir en distintos escenarios, conocer nuevos héroes y villanos, enamorarse muchas veces al día, vender caras las lágrimas y baratos los besos. Pues el fin de un soñador es convertirse en sueño.

   Un sueño que se equivoca, que desaparece, que va y viene, que vuelve a ti, que se despide, que tiene cara de poker para no llorar y sonrisa de pícaro para olvidar, un sueño con muchos nombres y pocas victorias.

   Levanta la cabeza y sueña, la vida es muy corta para estar siempre vestido de realidad. Sueña y la música, sonará.