lunes, 7 de octubre de 2013


   Comunicarse a veces es complicado, el ritmo del mundo no siempre marca las pautas para todos igual. Es muy complicado expresarse con personas que viven perfectamente acopladas al modelo a seguir. Al final aunque no queramos hacemos distinciones de clase. Es muy común prejuiciar y encasillar a las personas, todos lo hacemos, yo lo hago a diario constantemente.

   Cuando en tu vida tienes etapas de conocer a mucha gente, la primera conclusión que sacas es que el ser humano suele ser predecible, y la segunda, que no todo el mundo que conoces te importa, ni merece tu atención. Es más, muchas de las personas que a veces merecen tu atención tampoco la merecen siempre. Si las personas que nos rodean son de algún modo negativas o están demasiado encorsetadas, solemos sufrir de hastío, por lo tanto lo mejor es callar y no molestar a esa persona con tus estúpidas reflexiones.

   Esto llega a tal punto que tenemos que abrir blogs para poder expresarnos libremente intentando no ofender ni molestar a nadie y sorprendéntemente a veces hasta nos leen y pueden incluso estar de acuerdo, ¡Que maravilla de la ciencia!

   A veces la conclusión que me queda es:

-Hablar a veces esta sobrevalorado

-Opinar no, cuando opinen, callar.

-Y seleccionar con que personas tienes que salir del bosque y con que personas no.

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