martes, 29 de octubre de 2013
Cuando llegan ciertas épocas del año solemos obviar algo tan grandioso como el cambio constante en la naturaleza. Siendo mas visible este cambio en nuestro entorno, ¿Como vamos a ver los cambios que a veces nos suceden a nosotros?
No comprendemos nada por que no tenemos la necesidad de comprender. En la actualidad solo nos someten al ¿Que? y al ¿Cuando? pero y nuestro querido amigo ¿Por Qué? Un valiente compañero que a muchos incomoda.
Es un poderoso ejercito la curiosidad, pero a su vez nos ayuda a entender. Si logramos entendernos lograremos comprender al prójimo, a los cambios de nuestro entorno y a la maravillosa conclusión de que siempre va a haber "¿Por qués?".
Para abrazar este pequeño pero grandioso gesto que es el comprender, entender, empatizar, etc... Es necesario haber hallado uno de las mayores armas que nos ha dado la razón. El perdón. Empezando por nosotros mismos en nuestros errores y continuando con el resto del mundo. La disciplina es una bendita amante, pero como esposa le falta maña en la cama. Y el odio es una vulgar perdida de tiempo. Para entender hay que querer. Y ahora marcho, voy a ser infiel a disciplina con mi amiga pereza, está si sabe de camas.
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