sábado, 5 de octubre de 2013
Nuestros ojos suelen ser un balcón al que poca gente se atreve a mirar. Solemos guardar nuestras sensaciones bastante bien, pero hay ojos que miran traspasan y se llevan eso que intentas guardar. Cuando contemplas a las personas y ves como actúan sueles aprender ciertas pautas impuestas socialmente, pero en sus ojos se observan otra serie de emociones.
El continuo juicio al que el día a día nos somete como personas puede hacer mella en el brillo de nuestros ojos, por eso hay que comenzar a revalorizar lo que realmente es importante y lo que realmente no lo es. Todo tendemos a querer hacer las cosas lo mejor posible, pero cuando se plantean dificultades, la tendencia es a hacer las cosas con el menor ruido que se pueda, sin enfrentarse, sin que halla cambios importantes. Al final permitimos que todo practicamente siga ocurriendo y los que cambiamos de estrategia somos nosotros.. Evidentemente tampoco podemos ir constantemente contra corriente por lo que tenemos que hacer diferencia en que campos realmente queremos ese tipo de cambios.
El miedo al cambio siempre es algo que nace a antes y que nunca valoramos después, se nos suele olvidar sacar conclusiones y repetir el mismo acto de valentía. Pues las elecciones no son ni acertadas ni erróneas, tienen lecturas positivas y lecturas negativas, pero todas tienen ambas lecturas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario