martes, 29 de diciembre de 2015


   Cuando todo se agita, cuando el caos comienza a manifestarse y el miedo lo domina todo, en esa partida los perdedores somos los que nos senitmos más comodos. Los que vivimos solo con sueños y con la caridad que nos da el destino tendemos a tener una gracia natural para movernos sobre el desorden de la locura.

   El orden me relaja, es interesante eso en mí, dentro de mi anárquica mente el orden añade un estado de paz, pero el extremo opuesto me divierte. Es como saber que algo está mal pero que tu has nacido para ser el mejor en eso. Los inadapatados somos los mejores en adaptarnos a cualquier condición que la vida nos ponga delante, siempre tenemos ese punto de rebeldía en todos los casos.

   Hay una fíel compañera que me acompaña justo detrás de mi rebeldía, mi intuición. Sé que vienen cambios, intuyo que serán como siempre un poquito de cal y otro poco de arena, a veces la mazcla se pasa, pero que demonios. la vida es jodidamente divertida cuando tu sombra te señala y se mofa de tu ingenuidad.¡Que cabrona, pero tiene gracia!

   En nuestra cabeza el orden es como un anuncio de colonia. Todo en su sitio, una música genial, nos vemos todos más guapos, más altos, mas elegantes. El caos es esa sensacion de asfixia que nos consume cuando algo escapa a nuestro control. No me preguntéis como coño llegué a controlar lo segundo y a comprender lo primero, por que ni me apetece contarlo, ni creo que nadie supiera entenderlo, pero hay una cosa muy clara, cuando entiendes ambas, todo pasa a tener un filtro diferente.

   El orden es parar el tiempo para que la calma dance alrededor de nuestra conciencia, saber oir la música del silencio, de la naturaleza, del universo. El caos dejar que nos golpeé la ola llevandonos hasta la orilla para alzarnos de un salto, hay que estar preparado y agil para hacerlo. No podemos luchar contra ninguna de las dos, solo podemos intentar conocernos en ambas.

jueves, 19 de noviembre de 2015


   Hay un punto donde mis dos mitades se encuentran para firmar la paz, el Demonio deja de odiar y el Ángel intenta perdonar a su contrario. Ese punto es en el que basamos nuestra paz, para encontrar la paz tenemos que reconocer que hay una guerra.

  Una guerra donde mi Demonio me mostró la carta de la muerte y el Ángel me quiso encadenar a una rectitud marcial. Como escribió uno de mis autores favoritos "los seres humanos no somos calcetines, no estamos aquí para estar limpios". Esa frase todos nos la podemos aplicar a nosotros mismos, pero jamás lo hacemos con los demás, dándole a tu contrario una responsabilidad que tu no cumples excusándote en esa frase, creándole un handicap difícil de superar.

   Creo que he olvidado perdonar, en esta guerra la mayor de mis perdidas es esa, olvidar olvidar. Aquí estoy, firmando la paz, rodeado por todos los caídos durante la contienda, mi odio es un voraz enemigo y mi irá cruel verduga sin lugar para la piedad, y entre esto la esperanza no tiene cabida.

   No hace falta poner la otra mejilla cuando los golpes no te dan, he tendido a arodillarme para que me alcance un enemigo que realmente no era el mio, nuestro peor enemigo somos nosotros mismos. Tengo miedo a morir, a dejar mis sueños a medias, a que mis alas se rompan. Tengo miedo a la soledad de hielo que con su mano apaga cualquier llama de humanidad que puedo tener dentro. Tengo pánico a poder mostrar mi fragilidad, a no ser yo mismo, a endurecerme de tal forma que en mi rostro no se vea ninguna expresión mas allá de la rabia. Frío, soledad y miedo.

   Después de esa tormenta, de ese vendaval que ha hecho añicos mi fortaleza, arropado solo por una mirada de cariño, solo por un gesto de amor, mis dos mitades han firmado la paz. Y en este estado se encuentra la fuerza de cualquier ser, se encuentra la verdadera llama, ese fuego que no debemos descuidar, nuestras ilusiones, nuestras ambiciones, desnudos de armaduras y escudos inútiles ante el miedo. Nuestra naturaleza siendo parte de otras naturalezas, de otros estados, de otro nivel, un lugar donde el tiempo está a favor y no en contra, donde la muerte es descanso y no tormento, donde la vida es libertad y no atadura, Donde nuestros ojos contemplan la realidad de manera irreal, como ha querido la mágica locura que sea. En este juego, el loco es el que gana y el cuerdo apoyado en su razón se planta a mitad de la partida.

viernes, 30 de octubre de 2015


  Apaga la vida, enciende un cigarro, deja que toda la energía acumulada durante esa pesadilla despierte en forma de grito. Baila con el diablo y saca a ese niño malo. Ya está bien de llantos y de pataletas. Tienes un regalo, y lo vas a compartir. Luces, volumen, fluye toda la rabia, la sensualidad, y el sentimiento que llevas. Únete a un ritual donde la cordura no esta invitada, y los instintos mas primarios son las únicas ropas que te visten.

   Se dispara la adrenalina, ya todo es velocidad, ya todo es subir, alto, más alto, y en tus ojos la verdad, un instante solo un destello que hacen de ese momento lo esperado, lo que siempre has deseado, lo que tu alma anhela en cada momento. Una maldición tan deliciosa que hace tener celos a la mas fuerte de las lujurias.

   Y estoy listo, dispuesto, sonriendo por que conozco el futuro, por que soy quien sabe el desenlace, la niebla ya marchó, ahora solo toca mirar, es un sueño, lo se, pero gracias a ese sueño soy lo que soy. Descienden los pensamientos para dar paso a las sensaciones, a la vida, a cada momento de ser tu mismo.

   Es egoísta, es tuyo y no hace falta que sea de nadie más, con el tiempo te das cuenta de la soledad del momento, aunque miles de nexos te unen al resto del mundo, estás en una cima donde te quedas observando al cielo, desafiando, con algo de camaradería con el de arriba, si es que hay alguien, pero en ese momento te la suda estar solo. Solo quieres sonreír y disfrutar de ese aire, de esa bocanada que entra en tu pecho, para golpear la desesperanza y dar paso a la pasión.

jueves, 22 de octubre de 2015


   Sentado con un café asqueroso y frente a mi, mi pereza, mirándola a los ojos desafiante, barajo la posibilidad de enfrentarme a ella, pero retar a la pereza genera en mi cierta desgana. Así que sigo con este detestable café y con el rock de fondo en mis pensamientos.

   Aún recuerdo cuando empecé en esto de la música, la visión que tenía de un mañana incierto, nunca fui uno de esos tíos que imaginan su futuro color de rosa, pleno, con éxitos, con la diosa Fortuna de mi lado. La verdad es que siempre he sido bastante negativo, no es que no haya tenido suerte en la vida, pero me ha dado algún que otro sobresalto nuestro querido amigo destino.

   He tenido muchas experiencias que jamás habría imaginado vivir. Creo que un músico tiene el privilegio de rozar con sus dedos la felicidad para luego dejarla escapar entre los ecos de un aplauso. Se va, se marcha, te deja solo, triste, como si se tratara de la mujer mas hermosa y lasciva que te hayas podido follar,  que te abandona por la mañana y te quedas con ese sabor a Jack daniel y a coño en tu boca.

   El fracaso es el mejor maestro que podemos encontrar, y como tal, siempre lo tengo cerca dispuesto a enseñarme a comprender el mecanismo que ese magnifico Dios que tenéis le ha puesto a este complicado reloj suizo llamado mundo.

   A veces he compartido algunas de las lecciones aprendidas, pero, generalmente, importa poco lo que esta loca cabecita pueda aportar. Y lo entiendo, yo tampoco escucharía a alguien como yo, impulsivo, rencoroso, con un diablo a un lado y al otro, otro diablo aún peor. Así que de un tiempo hasta ahora, suelo callar bastante mas que contar, y he de confesar que esto es un medio de desahogo que alivia bastante mi carga.

martes, 20 de octubre de 2015


   No he bebido lo suficiente para perder esta maldita conciencia. Golpea cada partícula de mi existencia sobre la mazmorra donde penan mis pensamientos. Se perfectamente por que estoy aquí, el lamentable motivo por el que vago por este desierto.

   Soy un error, un fracaso natural, una horrible mutación en la evolución natural de la mal llamada especie humana. Hace 33 años la falta de experiencia de dos jóvenes movidos por su lujuria condujo a una boda donde había mas de dos frente a una sotana y un crucifijo. Dios al contemplar ese acto seguro que esbozo una mueca. Un hijo no buscado, un descuido que hizo que ellos tuvieran mas peso del que realmente deseaban.

   Ahora comprendo lo frágil de mi presencia, lo quebradiza que es mi supervivencia, y me hace centrarme en ello, vivir solo para sobrevivir, para dar otro paso mas en mi deplorable lucha por continuar un día más. Tomar los votos de mi irreal destino es algo muy sencillo para alguien que admite que el hecho su respiración hace que la naturaleza contemple contrariada tan detestable abominación.

   He rodeado cada recuerdo de mi niñez de silencio, solo los ecos de mi imaginación ponían luz a esa oscuridad, palabras cargadas de melodía que hacían que el día tuviera algo mas que un vacío solemne que rompería la inocencia del niño mas santo.

   No me quejo de mi crianza, pues he tenido todo lo que un niño puede tener, cariño, comprensión, educación. Cometieron los errores lógicos de dos personas que aman a un niño problemático, nada que reprocharles.

   Mi impío existir no es culpa de mi familia, solo un malabarismo del destino, una broma de mal gusto de la Fortuna. Cargo con eso sobre mis espaldas como el mismísimo Caín lo hizo con la marca en su frente. Vivir sin ser real, Morir al rozar la realidad.

lunes, 19 de octubre de 2015


   La falta de sueño hoy no hace mella en mí, parece que mi cuerpo este reaccionando al otoño con una pasiva indiferencia, menos mal que se excita ante está canción de Rainbow que tengo de fondo mientras escribo.

   Hay una cosa que he aprendido de la soledad, tiene sus sonidos característicos, la soledad está llena de ecos. Ecos lejanos de palabras, unas hirieron otras calmaron penas y culpas. Y esos ecos nos dejan claro que todos necesitamos a alguien, y que siempre apartados del mundo no podemos vivir, ni tan siquiera yo. Si, así es, ni yo el que todo lo puede, el que siempre está bien, puede vivir sin más compañía que unos viejos acordes y unos cuantos libros.

   No hablo de pareja, no hablo de necesitar a alguien, solo hablo de compartir, de entender un poco más de ti y del mundo mirando a traves de otros ojos, un color diferente para está pelicula en blanco y negro. Eso está genial, pero tampoco vale cualquiera, la compaía no la da el que lo que está cerca de ti respire y emita sonidos que a veces pueden parecer palabras.

   Soy un poco aventurero, me gusta descubrir cosas a lo largo de esta corta existencia, y no me cierro a vivir nuevas experiencias, ni a conocer nuevas personalidades, pero, también es verdad que me aburre soberanamente cuando lo que conozco no supera para nada a lo conocido antes. Pocas personas hacen que se nos remueva algo por dentro, llamalo curiosidad, deseo, cariño, complicidad. La gran mayoría de mis amigos lo son por antiguedad no por el merito de su singularidad. Lo que si puedo decir de mis admirados enemigos es que ellos si lo son por su excepcionalidad, asi que no siempre es una virtud eso.

   

jueves, 15 de octubre de 2015


   Tirado en esta desconocida cama con la que aún no termino de entenderme, entre cabezadas intermitentes y posturas insanas, me doy cuenta de lo carente de emoción
que esta mi vida en estos últimos días. Es una opción que he tomado a sabiendas de este lamentable desenlace. Lo que realmente buscaba con este acto era el percibir las cosas de manera diferente a como venía haciéndolo en tiempos anteriores, donde algún que otro exceso hacía que naufragara entre un delicioso mar de placer y un  tempestuoso océano de mañanas de resaca y malestar.
 
  La vida es corta, eso ya lo entendí hace ya bastante tiempo, no vivo agolpando emociones en mi paladar por ese motivo, lo hago por buscar un sentido diferente a las estupideces para meapilas que nos han vendido hasta el día de hoy. Estar cerca de mi familia como estoy en estos momentos, era uno de esos puntos a favor para entender esta maravillosa odisea. Antes me refugié buscando ese sentido entre amigos y alguna que otra amante, con lo que he sacado mas resacas y algún que otro picor de huevos. La cercanía de la familia no mejora mucho mi mente en este asunto, la verdad, agradezco muchísimo la compañía de todos mis seres queridos, con los que me siento un privilegiado en la manera como me tratan, se que todos ellos intentan siempre entenderme y respetar lo que pasa por mi cabeza, aunque la gran mayoría no tengan ni puta idea de lo que por ésta puede aparecer.
 
   Cada día que pasa me siento mas cómodo delante de un micro con un pitillo liado cerca y una birra bien fría para aclarar la garganta entre el solo de guitarra y el estribillo. La única jodida cosa clara que saco de todo estos ejercicios de autoconociminto e intento de evolución, es la misma mierda que tenía clara justo antes de empezar, soy tan estúpido como tozudo. Buscar la felicidad es una gilipollez si uno no tiene claro que es para uno mismo la felicidad. Hay tíos que son felices jodiendo a un animal, otros son felices trabajando como negros para unos cuantos listos que se enriquecen a costa de ellos, otros son felices con un rifle y 40 kilos a la espalda mientras corretean por el campo haciendo agujeritos. Lo único que tengo claro es que mi felicidad está rodeada de acordes, con cierto olor a madera, porros y suciedad oculta entre montones de cables de audio.
 
   Tan vacío estoy que solo encuentro mi definición como ser entre una canción, tan simple soy que solo soy un parásito que se agarra a una nota musical para reproducir su existencia como si de una ameba se tratara. Pues si, es así, solo soy ese tio que intenta triunfar con su música para muchos, pero que realmente lo único que hace es sentirse vivo cuando está pegando voces delante del resto del mundo. Pocas cosas en la vida arrancan mas látidos de mi corazón que esto, y creo q no tengo que
explicar cuales, algún pecado me tengo que guardar para mi.
 
   Es posiblemente mi peor época de cara a lo socialmente correcto, y  mi mejor momento de evolución, creo que es cuando menos abro la boca para contar mis tonterías y mas observo todo lo que me rodea, perdonándoles a ellos y no siendo duro conmigo mismo. Un momento en el que comprender que el mayor orden humano es un caos piramidal que nos hace sentirnos como dueños de la situación por el hecho de saber que catástrofe viene después. Conocemos los problemas, no tenemos cojones de solucionarlos, pero nos la miramos orgullosos por ser tan listos de saber cual es el jodido problema.
 
   Agradezco a todo aquella persona que me regala sus consejos, veo su buena fe, y lo agradezco tanto como si de un gesto de cariño se tratara. Pero lo cierto es que si me quieres dame birra, dinero, una historia para una canción o una felación de infarto, todo esto me es más útil que inútiles consejos de cosecha en horas bajas. O simplemente abrázame y cállate de una puta vez, pues creo que lo que realmente nos hace falta es un hombro donde desahogarnos, vaciar iras y frustraciones, un momento en que los silencios dejan paso a la autentica humanidad.

lunes, 5 de octubre de 2015


   La luz mortecina de Otoño se asoma por esta ventana anunciando el cambio, cada paso que vamos dando en nuestras vidas trae nuevas consecuencias, y sonrío al pensar que en un mundo sin futuro dan igual alteraciones y consecuencias.

   Las páutas que solemos seguir en esta acomodada vida llena de consumo materialista y carentes de emociones que nos hagan sentir vivos son impuestas por nuestras costumbres como hombres. Al final todo se resume en sexo, poder, apariencia, éxito, y un sabor amargo se queda en mi garganta entre el tabaco y el café.

   Esta vacia mierda llamada existencia golpea con contundencia y me ha hecho morder el polvo en varías ocasiones, como a todos supongo, la única diferencia es que hay gente que abandona su lucha y otros que se levantan con una irónica mueca en su rostro. Un golpe amargo pero revitalizante como si de un trago de whisky se tratara, así ha de ser, así ha sido siempre.

   No soy mejor que nadie, un niño encerrado en el cuerpo de un rockero con 33 años, alzando las manos, de puntillas intentando alcanzar un sueño negado a cualquiera que no tenga los bolsillos cargados de poderosas razones que hagan que el mundo detenga su rotación para escuchar lo que su garganta tiene que escupir, bang, un disparo directo al corazón llamado derrota, que acepto como si de mi bandera se tratase.

   Supongo que me estaré haciendo mayor y el pudor desaparece mientras aparece el blanco del tiempo en forma de mechón sobre mi pelo. Con la rodilla apoyada aún sobre la lona, con el gope a medio encagar, aparece otra vez esa mueca en mi rostro. No soy el púgil, soy el sparring, entendido, ya he aprendido, la guardia bien alta y a recibir golpes, eres tan puta como hermosa querida vida.

   Tendré que seguir bebiendo de tus placeres mientras la insana aparición de la realidad hace mella en mí. Un Carpe Diem bañado en lluvia ácida que bebo de un trago, y mientras me quema la garganta me doy cuenta que lo que te mata no te hace más fuerte. Lo que nos hace mas fuertes es tener algo por lo que pelear, algo que irracionalmente nos empuje ha seguir hacía delante. Familia, sueños, aspiraciones.

miércoles, 23 de septiembre de 2015






   Hace tiempo que no dejaba que la luz se posara sobre mis pensamientos. Me estoy volviendo cada día más egoista en cuanto a mis ideas y palabras, es paradójico, pués pensaba que esto en mi vida ocurriría por culpa del miedo, pero no, cada paso que doy borra más y más temores, es por culpa del cansancio.

   Estoy cansado de hablar, de contar, de expresar lo que percibo, de intentar llegar a una mente que transmita su energía en la misma frecuencia que la mía. Está claro que no abunda mucho de esto, pero además el flujo constante de energía es una utopía. Observo y veo gente repitiendo los mismos errores una y otra vez, y me cansa, me destroza la paciencia. Me estaré volviendo un viejo uraño.

   También cabe la posibilidad de que yo sea un tonto narcisista y egocéntrico, pero no sufriría como sufro por los demás, así que creo que de momento estoy a salvo de mi mismo.

   Cuanto más rodeado de soledad estoy más claro tengo el hecho de que nos necesitamos unos a otros, pero hay un montón de barreras sociales que nos tienen estupidizados. Cada vez que nuestra mente genera una idea positiva o con tendencias constructivas hay alguna energía generalmente externa que nos hace ver la dificultad de realizarla, y que hacemos, nos abrazamos al punto de comfort, no lucha, no pelea, no ambición.

   Todo esto siempre y cuando no esté el mejor aliado del miedo en estos años, el dinero. He conseguido adaptar mi vida al mínimo gasto y aún así los que me rodean temen por mí. Esto me divierte mucho pues me muestra hasta que punto nos dejamos influenciar por lo material en una vida donde lo mas valioso es el paso del tiempo, ya que es efímero. Tenemos fecha de caducidad, no se cuanto voy a durar, no se cuando voy a morir y estoy preocupado de si llevo los gallumbos Calvin Klein.

   Tiempo, libertad, dinero, emociones... Personalidad. Esto último parece una auténtica utopía en este mundo en el que vivimos. Voy a confesaros mi problema con la autoridad, de pequeño ya marcaba mi caracter contra trodo aquello que quería obligarme a tomar una dirección sin darme libertad alguna en ella. Prefiero equivocar mi decisión que seguir los aciertos impuestos por aquel que todavía no tiene mi respeto.

   Así que en ciertas aborregadas cuestiones no suelo hacer caso a aquel que quiere imponer su criterio. Incluso habiendo aprendido en los últimos tiempos a apagar ese fuego apasionado que nos consume. Intentando tomar decisiones en frío y midiendo riegos y ganancias. Aún así todavía hay algo de ese niño que no quería hacer lo que todos los demás hacían por que si. Lo siento, no me voy a cortar el pelo, ni a depilarme, ni a dejar de poner las fotos que me salgan de los huevos, voy a seguir vistiendo como me da la gana, y sobre todo, yo decido con quien malgastar mi tiempo.

   En esta vida hay tantas cosas que realmente me joden, y tanto por lo que callo, y tanto por lo que lloro. Pero también hay tantas otras que me hacen reir como un puto crío. Tantos momentos que llevo grabados en mi cabeza, tanta gente a la que quiero, es energía, es vida. Pero a quien le puede importar esto, si tan solo soy un niño escribiendo lo que el mundo le cuenta unas veces a golpes y otras a caricias. Me vuelvo a mi bosque.